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La felicidad vale la pena, pero al alegría, lo vale todo

felicidad

Según los expertos, la felicidad es un estado de la personalidad, una reacción natural de las emociones que se produce cuando algo nos motiva, nos satisface y nos brinda sensación de bienestar y satisfacción. Sin embargo, ser feliz es transitorio, porque sólo lo logramos cuando algo externo nos produce esa sensación de felicidad; por un estímulo inferior.

A todos nos han preguntado en algún momento: “¿eres feliz?”, y sin mayor reparo respondemos que sí o que no. La siguiente pregunta sería: “¿Por qué?”, y allí es cuando no tenemos muy clara la respuesta, pues justo en ese momento, no hemos recibido un estímulo exterior que nos lleve a responder con certeza por qué estamos en dicho estado o por qué no lo estamos. Así que terminamos respondiendo: “Por mi familia, por mi trabajo, por mi salud”, etcétera. Hoy, podemos decir que esa respuesta es equivocada.

Ahora sabemos que la felicidad no dura para siempre, pero entonces ¿Qué es lo que nos hace sentir en constante euforia, armonía con nosotros y con nuestro entorno, Paz interior y todas esas sensaciones tan parecidas a la felicidad?, tenemos la respuesta: LA ALEGRÍA.

La alegría es una cualidad del alma, a diferencia de la felicidad, ésta no necesita estímulos exteriores pues es una condición mental. La alegría no busca la satisfacción propia como la felicidad, sino que se activa con la alegría de los demás. No podemos compartir nuestra felicidad con alguien que no reciba el mismo estímulo externo, pero sí podemos contagiar nuestra alegría a alguien que esté triste, que se siente solo o abrumado. La alegría se comparte.

Cuando trabajamos por alimentar  nuestra vida de alegría, dejamos de buscar la satisfacción propia y nos dejamos de hacer responsable por la felicidad de los demás. Nos preocupa menos la posesión de recursos y empezamos a disfrutar del proceso de obtenerlos según nuestro alcance. Nuestra salud se ve favorecida, pues el estado mental de las personas alegres es más equilibrado. Una persona alegre aprende de lo negativo y lo agradece, además encuentra más recursos para salir de todo lo que le hace daño en su vida.

¿Cómo tener alegría en nuestra vida?

Haciendo acciones desinteresadas por los demás, no tomándose nada personal, encontrando una pasión en nuestra vida, aceptando nuestros sentimientos, sintiéndonos cómodos con nosotros mismos, viendo el lado bueno de cada situación, reconociendo cómo las acciones negativas de nuestro pasado afectan nuestro presente y nuestro futuro, escribiendo nuestras memorias, incursionando en la meditación, teniendo hábitos de vida saludables, enamorándose, evitando comentarios negativos hacia otras personas y dejando de hablar mal de ellas, sonriendo y agradeciendo.

Es importante saber que aunque seamos personas alegres y disfrutemos de los momentos felices de nuestra vida, debemos darnos licencia para estar tristes o enojados. Ser alegres no significa dejar de ser o tener otras emociones, por el contrario, tener alegría, nos permite experimentar con mayor conciencia cada estado de nuestro ser y asumirlo con mejor actitud.

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