Las civilizaciones antiguas tenían una clara conciencia de la conexión entre el hombre y la naturaleza, en la cual no existía una diferenciación entre los dos, sino un estrecho vínculo que no puede separarse. Diferentes culturas como la mesopotámica, egipcia, maya, inca y azteca desarrollaron calendarios astronómicos que eran usados para la agricultura, la realización de rituales religiosos y la organización social, entre otros.
Hoy en día, el hombre moderno está reconociendo la conexión con el cosmos ayudado por la astrofísica y los telescopios que nos envían nueva información día a día. Así como también, gracias a los estudios realizados por las diferentes especializaciones de la ciencia. De esta manera, cada vez tenemos más información acerca de lo que ocurre en el sistema solar, en la galaxia y más allá. Y así, nos enteramos del descubrimiento y las órbitas de los cometas, la presencia de las tormentas solares, los movimientos estelares y cómo somos influidos por dichos cambios.
Tormentas Solares
En las últimas semanas, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, nos ha mantenido informados acerca de la presencia de tormentas solares. El interés en este tema surge porque las tormentas solares pueden tener efectos en las comunicaciones, los satélites y las redes eléctricas, lo cual es importante para nuestra sociedad tecnológica.
Sin embargo, cabe anotar que así como las señales eléctricas sustentan las redes de comunicación de nuestro mundo moderno, se ha descubierto que dichas señales hacen lo mismo en nuestros cuerpos. “La bioelectricidad es la forma en que nuestras células se comunican entre sí”, afirma Sally Adee, una experta en este campo y autora del libro “Somos eléctricos”. Cada célula de nuestro cuerpo (huesos, piel, nervios, músculos) tiene un voltaje, como una diminuta batería y las tormentas solares pueden afectarlo.
Cometas
Recientemente, nuestra atención se ha dirigido al cielo con la aparición del cometa “Atlas 31”, el tercer objeto interestelar que ha viajado a través de nuestro sistema solar. Fue descubierto en julio de 2025 y ha despertado la curiosidad de muchos, así como miles de teorías científicas, e historias fascinantes.
Independientemente de la veracidad o no de las mismas, lo interesante es que estamos empezando a reconocer que los cometas pueden traer información y que vivimos inmersos en un mar de energía del cual somos parte. En el pasado, nos han visitado otros cometas (Cometa Nishimura) y otros más vendrán. Cada uno despertará expectativas y nos dejará un nuevo legado. Nuestra tarea será decodificarlo y hacerlo parte de nuestra vida.
Las Mareas y la Luna
Para entender el comportamiento de fenómenos terrestres como las mareas ha sido necesario mirar hacia el cielo. En el pasado, se pensaba que las mareas dependían exclusivamente de los movimientos de la Luna y su atracción gravitacional. Hoy en día, se sabe que la fuerza gravitacional de la Luna es el factor dominante, pero la atracción del Sol también influye. Con esto, se reconoce una influencia más del Sol sobre nuestra vida en la tierra.
Nuestras mareas interiores
Por cientos de años se ha hablado del impacto de las fases lunares en el comportamiento humano y animal. Se le atribuyen cambios en el estado de ánimo, en los ciclos de sueño, los partos y los ciclos menstruales, entre otros. La ciencia moderna sigue investigando para encontrar respuestas y determinar su rango de influencia.
Sin embargo, mientras las investigaciones avanzan, es importante reconocer la existencia de variaciones que son evidentes en la naturaleza y que están asociados con los cambios de la luna. Basta con mirar a nuestro alrededor y ver esas modificaciones o prestar atención a nuestro cuerpo. Empezar a notar las propias fluctuaciones en el apetito, el sueño y el nivel de energía, entre otros. Y así, sumergirnos en nuestro propio universo, al tiempo que se hace evidente la conexión con el mismo.
El Futuro
A medida que exploramos el cosmos vamos expandiendo nuestra visión acerca del universo en el que habitamos. La ciencia nos va a seguir ofreciendo datos, investigaciones y nuevas maneras de comprensión. Sin embargo, la posibilidad de conectarnos con la vastedad de la que hacemos parte, está al alcance de nuestras manos. Anímate a experimentarla día a día en un viaje cósmico que te llevará a explorarte a ti mismo.