El final del año no siempre llega con calma.
Aunque afuera todo invite a celebrar, muchas veces por dentro aparecen emociones mezcladas como el cansancio, nostalgia, expectativas no cumplidas, culpas, alivio o incluso ansiedad por lo que viene.
Cerrar un año no es solo cambiar de calendario, es también un proceso emocional que merece atención, comprensión y cuidado.
El cierre emocional también importa
Durante el año vivimos experiencias que nos transforman, tomamos decisiones difíciles, sufrimos pérdidas, obtenemos aprendizajes, alcanzamos logros que quizá no celebramos lo suficiente y vivimos momentos que preferimos dejar atrás. Si no les damos espacio, estas emociones suelen acumularse y se filtran en nuestros nuevos inicios.
La gestión emocional no consiste en ‘estar bien todo el tiempo’, sino en reconocer lo que sentimos, validarlo y acompañarnos con amabilidad.
La presión de terminar bien el año.
Diciembre suele traer consigo una idea silenciosa pero poderosa de que todo debe ser felicidad completa, y cuando esto no sucede, aparece la exigencia, la comparación o la frustración.
Permítete cerrar el año como estás hoy, no como crees que deberías estar, a veces, cerrar en calma es más valioso que cerrar con euforia.
Pequeños gestos para cerrar con mayor equilibrio
Algunas prácticas sencillas pueden ayudarte a transitar este cierre con más consciencia.
- Haz una pausa para reconocer lo que sí fue posible este año.
- Agradece incluso los aprendizajes que llegaron con dificultad.
- Suelta la necesidad de resolverlo todo antes del 31 de diciembre.
- Date permiso para descansar emocionalmente.
La gestión emocional empieza cuando dejamos de pelearnos con lo que sentimos. En momentos de carga emocional, el apoyo adecuado de la terapia floral puede marcar la diferencia.
Siuansia es una esencia floral creada para acompañar estados de ansiedad, inquietud mental y sobrecarga emocional, ayudando a recuperar la tranquilidad y claridad interna.
Por su parte, Rescate es ideal para momentos de impacto emocional, situaciones intensas o estados de desborde, cuando necesitamos volver a nuestro centro con mayor rapidez.
No se trata de evitar las emociones, sino de atravesarlas con más suavidad y contención
Cerrar el año con gestión emocional es un acto de amor propio. Es reconocer que cada proceso vivido dejó una huella y que podemos elegir no cargarlo de forma pesada hacia el nuevo ciclo.
Que el nuevo año no empiece desde la exigencia, sino desde la presencia y la calma.
En Siu, creemos que acompañar las emociones es parte fundamental del bienestar, por eso te invitamos a conocer nuestro contenido de valor, creado para darte herramientas de autocuidado y autoconocimiento, en Instagram como @siuesencias.